Los tatuajes siempre han sido un símbolo de expresión a través del cuerpo y hoy en día esta práctica que contnúa siendo un emblema de identidad, se posiciona cada vez más en el mundo de la moda.
¿Cómo existieron los tatuajes?, ¿cuál era su función? y ¿quién fue la primera persona que se tatuó en toda la historia de la humanidad? son algunas de las incógnitas que aquí resolvemos para acercarte más a este universo colorido que en la mayoría de los casos fue inventado para hacer de nuestra piel un lienzo interminable.
¿Quién fue el primer hombre tatuado?
Se creía que la persona tatuada más antigua era la sacerdotisa egipcia Aumet, adoradora de Hathor, diosa del amor y la fertilidad pero esta teoría se desmintió en 1991. Hace poco más de 20 años, fue descubierto en un glaciar un cazador de la era Neolítica, la prueba suficiente para comprobar que esta práctica se realizaba en la Edad de Piedra. La momia del cazador es el cadáver humano con piel más antiguo que se ha encontrado y conocido como el Hombre del Hielo u Ötzi, fue encontrada en la frontera entre Austria e Italia; su grabado estaba en la espalda y las rodillas y consistía en puntos y rayas.
La Polinesia, su máximo esplendor
Los antiguos pobladores de esta ciudad fueron los primeros en grabarse motivos en la piel y su reputación es de alto grado debido a que se realizaban los tatuajes más artísticos en el mundo antiguo: su característica eran las figuras geométricas. Los habitantes se tatuaban a una edad muy temprana y la tradición se prolongaba hasta que no quedase una región virgen en el cuerpo sin ser modificada por los pigmentos.
El origen de la palabra tatuaje
Se dice que el término tiene un origen polinesio, en esta cultura la palabra "ta" significa golpear mientras la expresión "tau-tau" hace referencia al choque entre dos huestos.
Símbolo de jerarquía
En la cultura polinesia el tatuaje representaba jerarquía y se respetaba a las personas que lo tenían: cuanto más tatuado estaba un individuo, más respeto se le tenía. Lo mismo sucedió con el estilo Moko Maorí de Nueva Zelanda, en su filosofía el tatuaje convertía a las personas en únicas e inconfundibles. Cuanto más difícil era el diseño del tatuaje mayor era el ascenso a su rango social.
América, otra ruta de expresión
El tatuaje fue el elemento de un ritual en América del Norte. Los indígenas le usaban como un símbolo de la transición: cuando una persona pasaba de la pubertad a la adultez se le tatuaba con el fin de proteger su alma. En América Central su uso por parte de las tribus fue para conmemorar a los caídos en batalla y como dorma de adoración de los dioses. En el sur del continente las personas pintaban sus cuerpos para darle un sentido profundo y espiritual a los diseños.
Japón y la Alemania Nazi, el estigma oscuro
En el país asiático existía la costumbre de usar el tatuaje para marcar a los delincuentes. La "marca de la vergüenza" la llevaban durante toda su vida aquellos que se atrevieron a desobedecer la ley. Los nazis por su parte tatuaron a los prisioneros en sus campos de exterminio con un doble objetivo, identificarlos y humillarlos porque la ley judía prohibía las marcas del cuerpo.
Las expediciones del capitán James Cook a las islas de la Polinesia fueron el punto de partida del tatuaje hacia otros destinos. Tanto indígenas maoríes como otras tribus enseñaron el arte de tatuar a los marineros. Cook fue uno de los pioneros en popularizar la disciplina que la prueba del tiempo ha consolidado como una práctica eterna.
Fuente: terra.com
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